Es grollé de ca s'Olié

Los sexagenarios de El Terreno, sin duda recordaréis a s'Olier que tuvo en una especie de cochera su negocio de venta al por mayor del aceite de oliva. Habitó por la calle de Francia. Tenía un hijo llamado Bartomeu, y un gañán que hacía las veces de repartidor. Por sus maneras e insolencia se le conocía por el apodo "es Grollé" y de ello se vanagloriaba. Su amo se sentía indignado, pero no le valían los sermones ni consejos ni amenazas de despido. Solía frecuentar el Café-Colmado del Sr. Vich. Lo hacía por fastidiar, pues lo mismo al entrar como al salir, de su boca salían las peores barbaridades y blasfemias. Nadie le hacía caso aún cuando, las mujeres, solían persignarse acompañando como Jaculatoria en desagravio por aquel sinvergonzón.

Una tarde, don Santiago Rusiñol, perdió la paciencia, y yéndose hacia aquel "pigmeo". Cogióle y levantándole en vilo, le dijo que ya estaba harto y si no era más respetuoso para con Dios y las gentes, de un manotazo le echaría a la calle. Es Grollé, al verse manipulado por aquel gigantón, se quedó seco. Le cogió pánico, y procuró seguir haciendo sus graciosidades cuando estuviera ausente, el ilustre pintor. Al otro día entró de nuevo y se encaró con es Capellá Sec. Allá estaba el catedrático señor Fuset. Más don Bartomeu al verle, impulsado por una fuerza extraordinaria, le suelta una retahila de flestomías, echándole de mala manera a la calle.

Fue algo asombroso inaudito. En Grollé, perdió los colores. Sentíase derrotado, vencido y humillado.

Fuset, después, comentó. Lo hizo con sarcasmo, arguyendo que como amo podía hacerlo, pero estaba disconforme con la actitud que se gastó Rusiñol. Dijo: Vd. debe creerse que Rusiñol cree en Dios. Está equivocado. Y el capellán le atajó diciéndole que el único que no creía en Dios era él, y sepa que don Santiago con su familia va a misa, y de vez en cuando suele confesarse. Y lo hace cada mes. Se hizo en un panagírico favorable al Artista y su familia.

Fuset no se dió por vencido y en cuando llegó el Doctor Esquifí, que ja venia siulat por lo ocurrido, Fuset le preguntó a don Domingo, si, en las muchas autopsias que había hecho a los cadáveres había topado alguna vez con el alma del difunto.

Don Domingo, que era asazmente socarrón, contestó: Ciertamente no. Pero en mi vida de médico he hecho muchas trepanaciones a hombres de los cuales la gente dice que son cornudos, i tampoc les hi he vist els banyóns!!

Fuset, desde aquel día, dejó de ser asiduo parroquiano. Hasta sus más íntimos amigos hiciéronle chacota de los dels banyons.


Josep Fuset i Tubià.: Nascut a Sueca (la Ribera Baixa) el 16 de març de 1871, tingué tres germans i es casà amb una cosina, Angelina Fuset Español, igual que la seva germana ho feu amb un cosí; cap dels dos matrimonis va tenir descendència. Era calb, grassonet, li agradava mirar les dones i la bona cuina (tenia fama de fer molt bones paelles). També fou molt idealista (el más modesto y el de menos apetencias inconfesables [sic]de sus correligionarios segons va escriure a Alejandro Lerroux en carta del 2 de juliol de 1931)

Fou catedràtic d’Història Natural de l’Institut de Palma des de l’1 d’agost de 1900 fins a inicis de 1913, i hi estiuejà tots els anys posteriors i regidor de l'Ajuntament de Palma el 1904.

Fou professor auxiliar interí a la Universitat de Barcelona del catedràtic darwinista Odón de Buen. Odón de Buen fou substituït a la càtedra de la Universitat de Barcelona pel també evolucionista Josep Maria Fuset i Tubià que havia iniciat la seva carrera a Santander amb Gonzalez de Linares i que a les hores era ajudant del Laboratori Oceanogràfic a Portopí. Fuset se va doctorar en ciències naturals el 1897 a la Universitat de Barcelona a on de Buen era catedràtic de Historia Natural. En aquells anys, de Buen, que explicava les teories de Darwin, ja tenia conflictes amb les autoritats eclesiàstiques i acadèmiques. Aquests conflictes provocaren, en un cas, la mobilització l'exèrcit, i també a que els seus tractats de zoologia i geologia fossin inclosos a l'índex de llibres prohibits. Fuset, va tenir els mateixos problemes.

AMOR CON AMOR SE PAGA

Considero necesario culminar con la correspondiente moraleja, la Estampa anterior, pues en nuestro tiempo los cuentos fábulas y leyendas solían tener provechosas enseñanzas.

Cuando ocurrió lo d'Es Groller y la intromisión del catedrático Fuset y el panegírico que de Rusiñol hizo don Bartolomé Vich, el caso llegó a oídos de D. Santiago, quien a su regreso de Raixa, a donde había ido a pintar, inmediatamente fue al Café y dar gracias expresivas al ejemplar sacerdote. Este le quitó importancia al hecho, pero don Santiago sabía la verdad y por diferentes conductos. Sabía les bestieses de su compatriotra, que confonía els ous amb caragols.

La conversación entre sacerdote y pintor se mantuvo directamente aparte, pero en vista que Don Bartomeu, sabía hacerse la anguila, Rusiñol llamó a los contertulios, acudiendo don Domingo y don José Rover. Así entre médico y boticario, prepararon al paciente, en este caso el Capellán. Cuando fueron aceptadas las gracias y agradecimiento, el cura campanetense, agregó: "Por lo visto Vd, sólo sabe de la misa, la mitad. Y tenga en cuenta que yo le dije al señor Fuset que no solamente usted acudía a l'església acompañando a su familia, sino que, también solía, cada dos meses, acercarse al confesionario. A nadie le interesa si se descarga la conciencia o no. Pero, si Vd. quiere hacerme quedar bien, espero que me lo diga con antelación i ferém una xerradeta."

Rusiñol se avino. Concertó con anterioridad su "confesión". Todo fue como miel sobre hojuelas. Ciertos amigos de fer bulleta, echaron la consiguiente mancha de aceite de la que untó el Catedrático, que vió desde lejos, a Rusiñol entrar a la iglesia, y más tarde, vióle salir en compañía de's Capellá Sec.

Fuset si no se volvió loco de remate, poco le faltó.

Y desde entonces la Sra. de Rusiñol e hija María fueron acompañadas por don Santiago, que además de vez en cuando acudía por sí sólo "al tribunal de la peniténcia".

Ahí tenéis a Rusiñol, amador de Mallorca e idólatra que fue de El Terreno y en una de ses casetes asentadas a Sa Placeta, escribió su obra L'Illa de la Calma. Tiempos que no han de volver ya más.

Font:
Estampas de El Terreno
Imatges: Josep Maria Fuset i Tubià (dalt) i Odón de Buen a El Terreno.(baix)